Ocatvio Paz va néixer a ciutat de Mèxic el 31 de març de 1914 i va morir al mateix lloc el 19 d’abril de 1998. Va ser criat per la mare i l’avi patern, el novel·lista Ireneo Paz. Va ser ell qui li va ensenyar a estimar des de la literatura clàssica fins al modernisme mexicà. El seu pare treballava com a escrivà i advocat d’Emiliano Zapata, per això sovint, estava allunyat de casa. Des de jove ja va ser considerat com un dels poetes més prometedors. Guanyador del premi Cervantes i del premi Nobel, l’escriptor defensava que la llibertat no necessita ales sinó arrels. El recordem llegint-ne un poema.

Foto: David Gabino


Todo nos amenaza:
el tiempo, que en vivientes fragmentos divide
al que fui
del que seré,
como el machete a la culebra;
la conciencia, la transparencia traspasada,
la mirada ciega de mirarse mirar;
las palabras, guantes grises, polvo mental sobre la yerba,
el agua, la piel;
nuestros nombres, que entre tú y yo se levantan,
murallas de vacío que ninguna trompeta derrumba.

Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas,
ni el delirio y su espuma profética,
ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan.
Más allá de nosotros,
en las fronteras del ser y el estar,
una vida más vida nos reclama.

Afuera la noche respira, se extiende,
llena de grandes hojas calientes,
de espejos que combaten:
frutos, garras, ojos, follajes,
espaldas que relucen,
cuerpos que se abren paso entre otros cuerpos.

Tiéndete aquí a la orilla de tanta espuma,
de tanta vida que se ignora y entrega:
tú también perteneces a la noche.
Extiéndete, blancura que respira,
late, oh estrella repartida,
copa,
pan que inclinas la balanza del lado de la aurora,
pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida.

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