Toma este puñal dorado y ponte tú en las cuatro esquinas, y dame tú de puñal-puñalás (puñalás), digas que me olvidas, que con el aire que tú me llevas cuando vas a camin-caminar hasta el farol de la cola que me lo vas a apa-pagar.

Del mundo leguas y leguas.
Aunque mi cuerpo ha corrío’
Del mundo leguas y leguas
como aquí me he dejao’ el alma
y aquí he venido por ella.
Aunque mi cuerpo ha corrío’
Del mundo leguas y leguas.

Toma este puñal dorao’
y ponte tú en las cuatro esquinas
y dame tú de puñalás’
y no digas que me olvías’,
que con el aire que tú llevas,
que cuando vas a caminar
hasta el farol de la cola, ay, que me lo vas a apagar.

Porque sale te ofende.
Si yo supiera, compañero
que el sol que sale te ofende
con el sol me peleara.
Que yo aunque me diera la muerte,
con el sol me peleara,
que yo aunque me dieran la muerte.

Madre, tiene la reina de mis entrañas
dos abanicos negros que por pestañas,
que por pestañas niña, que por pestañas,
no hay niña que las tenga por toda la España.

Ay, te voy pintando y pintando
al laíco del brasero.
Y a la vez me voy quemando
por lo mucho que te quiero.
Válgame San Rafael tener el agua tan cerca y no poderla beber.

Foto: Facebook Rosalía

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