Foto: Kent Landerholmv


Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres, y que no veremos.

Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y el término. La caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los triunfos de la muerte, y las endechas.

No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre.
Pienso con esperanza en aquel hombre

que no sabrá que fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo,
esta meditación es un consuelo.


Sonet inèdit de Borges, un dels cinc últims que va escriure. N’hi ha que el consideren apòcrif perquè la viuda de l’escriptor no en reconeix l’autenticitat. Aquest poema i quatre més van aparèixer en un llibret fet a mà de tres-centes còpies per distribuir entre amics.

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