Fui a buscar al sol
algo que perdí
pensando tanto en mí.

Y el sol,
harto de brillar,
se dejó alcanzar
por la oscuridad.

Y qué contenta iba yo con el sol a mi lado,
me hacía parecer radiante a mí también.
Y qué contentos los dos corrimos tras el viento,
corrimos tras el bien.

Si la luna quiere ser el sol
y el sol quiere ser la luna,
¿cómo van a mirarse?

Y en tu camino en busca del sol
vas y te cruzas con él.
Y al penetrar en su alrededor
prendes fuego otra vez.

Quisiera ser tan alta como la luna,
como la luna, como la luna,
para ver desde el cielo toda la ciudad,
toda la ciudad, toda la ciudad.

Y gritarle a mi sombra “ya no llores más”,
ya no llores más, todo es vanidad.

Foto: Facebook Maria Rodés

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