Si pudiera prevenirte con una guerra,
clasificarte como amenaza extranjera,
disparar el fuego publicitario sobre tu cabeza,
condenarte a la ignorancia y a la pobreza
con créditos bancarios,

bombardearía con mi deseo vías y antenas
inculcándote mi lenguaje hasta que repitieras
la verdad resplandeciente en todos mis lemas
que te obligaran a consumir y a consumirme.

Adquiéreme, adquiéreme,
Adquiéreme, adquiéreme
para que solo tú me disfrutes.
Adquiéreme
para que solo tú me disfrutes.

Y en una cárcel olvidarte si yo pudiera
verte extinguirte en esta tan cómoda celda
de una casa de un trabajo de una pareja
destinada a la socialdemocracia y a la tibieza
de esta civili-li-li-li-lí,
de esta civili-li-li-li-lí,
de esta civili-li-li-li-lí,
de esta civili-li-li-li-lí,
de esta civili-li-li-li-lí,
de esta civili-li-li-li-lí,
de esta civili-li-li-li-lí,
de esta civili-li-li-li-lí…

Miedo ensordecedor y aburrimiento.
Miedo ensordecedor y aburrimiento.
Miedo ensordecedor y aburrimiento.
Miedo ensordecedor y aburrimiento
y la dominación de las capas más cultas y del conocimiento
de esta civili-lí,
de esta civili-lí,
de esta civili-lí,
de esta civili-lí,
de esta civili-li-li-li-lí,
​de esta civili-li-li-li-lí,
​de esta civili-li-li-li-lí,
de esta civilí-li-li-li-za-ción.

Foto: Facebook Maria Arnal i Marcel Bagés

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