En la puerta del sol
como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán, de alfombra están.

Los petardos que borran
sonidos de ayer
y acaloran el ánimo
para aceptar que ya pasó uno más.

Y en el reloj de antaño
como de año en año,
cinco minutos más
para la cuenta atrás.

Hacemos el balance
de lo bueno y malo
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.

Marineros, soldados, solteros, casados,
amantes, andantes y alguno que otro cura despistao.
Entre gritos y pitos los españolitos
enormes, bajitos hacemos por una vez, algo a la vez.

Y en el reloj de antaño
como de año en año,
cinco minutos más
para la cuenta atrás.

Hacemos el balance
de lo bueno y malo
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.

Y aunque para las uvas hay algunos nuevos,
a los que ya no están echaremos de menos.
Y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.

Una, dos, tres y cuatro
y empieza otra vez
que la quinta es la una,
y la sexta es la dos y así el siete es tres.

Y decimos adiós y pedimos a dios
que en el año que viene
a ver si en vez de un millón
pueden ser dos.

En la puerta del sol
como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán, de alfombra están.

Foto: Andreas Graulund

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