Madrecita del alma querida, 
en mi pecho yo llevo una flor, 
no te importe el color que ella tenga, 
porque al fin tú eres madre, una flor.

Tu cariño es mi bien, madrecita, 
en mi vida tú has sido y serás
el refugio de todas mis penas, 
y la cuna de amor y verdad. 

Aunque amores yo tenga en la vida, 
que me llenen de felicidad, 
como el tuyo jamás, madre mía, 
como el tuyo no habré de encontrar. 

Madrecita del alma querida, 
en mi pecho yo llevo una flor, 
no te importe el color que ella tenga, 
porque al fin tú eres madre, una flor. 

Aunque amores yo tenga en la vida, 
que me llenen de felicidad, 
como el tuyo jamás, madre mía, 
como el tuyo no habré de encontrar. 

Madrecita del alma querida, 
en mi pecho yo llevo una flor, 
no te importe el color que ella tenga, 
porque al fin tú eres madre, una flor.

Foto: Gordon

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