Cuando ella toca el piano es diferente,
es sencillamente como estar al lado del fuego.
Se pone muy nerviosa cuando le escucha gente,
muy graciosamente siempre empieza a gesticular.

Y sale a la calle y saluda a todo el mundo.
Tiene un segundo para Roby, el perro más feo del mundo,
y cuida a la gente como nadie
a costa de sí misma, a menudo.

Yo me parto con la justicia.
“Ya verás, ya verás”, me dice,
“si eres incapaz de dar de más”.
Yo vivo en una ciudad que está enferma
y Barcelona sobrevivirá
gracias a ella.

Desde un rincón, observo
al maravilloso ser dejando sus huellas.
Hoy toca el rescate del pobre hombre del tiempo:
se ha quedado en blanco
y ella sabe lo que es pasarlo mal.
Y tiene la línea ocupada
por toda la gente abandonada
y ella les dice que todo va a ir bien.

Y desde un rincón, observo
al maravilloso ser sentado en un piano.
Yo vivo en una ciudad que está enferma
y Barcelona sobrevivirá
gracias a ella.

Foto: Facebook Standstill

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